Carlos Manuel Herrera Santos
Desde hace varios años es evidente el incremento de la disposición ciudadana para contribuir con el cuidado del medio ambiente. Gobierno, empresas y consumidores, cada vez más trabajan en conjunto para asegurarse de ello.
Una nueva generación de programas amplia las oportunidades para que ciudadanos y empresas participen en el manejo adecuado de sus residuos. Desde tiempo atrás se gestiona el papel, el vidrio y la chatarra, ahora le toca el turno a nuevos elementos como pilas, llantas, medicamentos, plaguicidas, luminarias, computadores, entre otros.
Acogiendo una iniciativa del Ministerio de Ambiente, el sector empresarial se ha organizado colectivamente para liderar programas que permitan al consumidor retornar diversos productos al final de su vida útil. Varias de esas iniciativas se han agrupado en la Andi bajo el programa Ecopunto, con el propósito de lograr la mayor recolección posible. Uno de los que hasta el momento ha tenido mayor impacto en la comunidad es el programa de pilas usadas.
Durante años se ha especulado sobre lo dañinas que pueden ser las pilas para el medio ambiente. Hoy podemos decir con certeza que el compromiso medioambiental y los desarrollos tecnológicos de los productores, se ven reflejados en la fabricación y comercialización de pilas con altos estándares de calidad y con elementos amigables para el medio ambiente. A pesar de esto sí hay riesgos, por la entrada de manera ilegal de pilas que pueden contener componentes químicos dañinos, que ya no se usan en las pilas de marcas reconocidas que se adquieren el comercio formal.
A pesar de que la mayoría de las pilas que se desechan en nuestro país son amigables con el ambiente, es necesario crear una cultura para su manejo adecuado. Se trata de un esfuerzo conjunto de los productores e importadores que asumen el compromiso de establecer programas de devolución de las pilas, de los consumidores que deben retornarlas a los puntos de recolección y de los usuarios empresariales e institucionales que tienen la oportunidad de devolver sus pilas, sin ningún costo, al programa posconsumo.
La gestión adecuada de las pilas, como la de otros residuos, parte de la separación en la fuente, luego de lo cual hay que llevarlas a los puntos de recolección instalados en supermercados, centros comerciales e instituciones. De allí los productores las transportan técnicamente para ser aprovechadas o dispuestas adecuadamente, en instalaciones autorizadas por las autoridades ambientales
Con el liderazgo del empresariado y de la mano con el Gobierno, los distribuidores y los consumidores, Colombia acoge las tendencias más avanzadas para gestionar los productos al final de su vida útil, que harán que cada vez menos residuos lleguen a los rellenos sanitarios municipales. Se trata de un compromiso colectivo con el ambiente, que también abre oportunidades de negocios para emprendedores que manejen, traten y aprovechen estos materiales.
El reto es conseguir el apoyo de todos los actores públicos, privados y principalmente del consumidor, para llegar a altas tasas de recolección, que hagan de Colombia un país líder en la región en el tema del cuidado del medio ambiente.
¿Dónde puede depositar lo que quiere reciclar?
En el sitio web del programa de la Andi hay una lista de los lugares en los que se adelantan las campañas de recolección de las pilas, sin embargo, también es importante que los consumidores estén pendientes de la disposición de puntos de recolección en los almacenes que se han vinculado a estas campañas, entre ellos Éxito, Carrefour, Falabella, Alkosto, Panamericana,
