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  • Colprensa

lunes, 28 de enero de 2013

Por primera vez, en 180 años, una mujer liderará el destino de la Corte Suprema de Justicia. Se trata de la santandereana, Ruth Marina Díaz Rueda, una mujer elegante de armas tomar y quien con su esfuerzo ha hecho una larga carrera en la rama judicial, la misma que le da las credenciales suficientes para llevar a buen puerto este barco.

Los retos a los que la nueva presidenta del Alto Tribunal se deberá enfrentar no son pocos, si se tiene en cuenta que desde ahora hace parte de la Comisión Interinstitucional de la Rama Judicial, donde se debaten problemas y planes de toda la rama. 
 
¿Quién es Ruth Marina Díaz? 
 
Nací en el Socorro, Santander. Me gradué como doctora en derecho y ciencias políticas de la universidad Santo Tomas de Aquino de Bucaramanga. 
 
Soy especializada en derecho de familia del Externado de Colombia en convenio con la Unad de Bucaramanga, en derecho procesal y Administrativo de la Universidad Libre de Colombia, especialista en derecho comercial de la universidad Externado y en derecho mercantil en el Aula Iberoamericana de España. 
 
¿Cuándo inició su camino en la Rama Judicial? 
 
A finales de 1978 me inicié como juez de la República en Barichara. Posteriormente, fui juez civil municipal del Socorro. Pasé a juez penal municipal de San Gil. Fui juez promiscuo de menores y juez civil del circuito de San Gil. Además fui magistrada de la Sala Civil del Tribunal de Bogotá. 
 
Esta es una gran dignidad para usted, pero no es la única vez que enfrenta retos, como ser la primera mujer en un alto cargo… 
 
Sí. Fui la primera mujer que nombraron como magistrado en el tribunal de San Gil, y la primera que nombró la Sala de Casación Civil de la Corte Suprema de Justicia, hace seis años. 
 
Y ahora soy la primera mujer que llega a la presidencia de la Corte Suprema de Justicia. 
 
 ¿Qué significa para usted llegar a tan alta dignidad? 
 
Es un gran honor para todo juez. Es un reconocimiento a la mujer colombiana y a mí que he dedicado mi vida a la justicia. Solo he sido juez y catedrática. 
 
 ¿Cómo se ve usted al salir de la Corte Suprema de Justicia? 
 
Por el momento estoy en la Corte y soy de las personas que pongo mi empeño y voluntad en tratar de hacer todo bien, ya después miraré cuál es la opción. De pronto litigar pero aún no es el momento de pensarlo. Nunca he litigado, podría pensarlo.
 
 ¿Qué se puede decir de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia? 
 
Allí se conocen los recursos extraordinarios de casación, temas como sentencias civiles, comerciales, también hay recursos de revisión. La Sala Civil ha hecho un gran esfuerzo y ha puesto al día los procesos que tenemos a nuestro conocimiento, por ello se le otorgó el premio a la justicia en 2007. 
 
¿Cuáles son sus expectativas para 2013? 
 
Quiero mostrarle a la ciudadanía la imagen verdadera de la justicia. 
 
Y cuál sería esa imagen… 
 
El trabajo abnegado de todos los jueces porque en realidad se han equivocado en calificar la justicia por los errores de algunos pocos. Las personas no miran lo que hacen los demás jueces, la mayoría somos abnegados, que amamos la justicia, que no reparamos en el tiempo que sea necesario trabajar y cumplir fielmente con los deberes que se nos imponen como jueces. 
 
¿Qué tiene para decirle a sus compañeros de rangos más bajos? 
 
Esto se ha solucionado en gran parte, porque ya los jueces han dialogado con el Gobierno y él está tratando de reconocerles sus derechos y pretensiones. 
 
Frente a la polémica sobre las pensiones millonarias, ¿qué consideraciones tiene? 
 
Como juez debo respetar los fallos que emitan otros jueces, por ello no puedo dar mi opinión. De acuerdo con la decisión que la Corte Constitucional profiera cada persona que resulte afectada tendrá sus acciones constitucionales pertinentes para entablarlas. 
 
¿Qué le incomoda de la justicia, cree que sí hay justicia en Colombia? 
 
Por supuesto que en Colombia hay justicia, lo que ocurre es que como en toda institución hay falencias, y esas falencias hay que estudiarlas para solucionarlas. 
 
¿Con la presencia de una mujer en la presidencia de la Corte Suprema, se está abriendo el panorama para que más mujeres lleguen a altas dignidades? 
 
Pienso que en la Corte Suprema no ha habido discriminación para la mujer. Lo que ocurre es que la mujer en Colombia, desafortunadamente, solo pudo ingresar a la universidad hasta el año 1933, y para llegar a la Corte hay que recorrer un largo camino de preparación, porque es el máximo organismo de justicia. 
 
¿Espera que con su presencia se abra el camino para que lleguen más mujeres? 
 
El camino está abierto. Yo fui presidenta nacional de género, y tratamos de incentivar a las mujeres para que día a día nos preparemos para ocupar las más altas dignidades. Si miramos las estadísticas, la mujer colombiana ocupa el mayor número de estudiantes en la universidad. 
 
De la reforma a la justicia que se hundió el año anterior, ¿cree que se debe seguir tramitando ese tema? 
 
La justicia debe informarse, es necesario que se haga un estudio serio para determinar dónde están las falencias de cada situación; por supuesto, que es necesario que cuando se observe una falla tiene que existir  una reforma para solucionarla. 
 
¿Cómo están las relaciones con los otros poderes? 
 
La Corte es un organismo independiente, pero tiene las mejores relaciones con los otros órganos de poder porque con ellos se fortalece el estado de derecho. 
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